Frambuesa - Fundación Galicia Verde

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FRAMBUESO
(Rubus idaeus L.)


El término Rubus deriva del latín y significa “rojo”, en clara alusión al color del fruto. Por su parte, el término frambuesa deriva de fragare, debido a su agradable fragancia. La gran rusticidad del frambueso ha hecho que crezca en estado silvestre en un área muy extensa. Con toda seguridad formó parte muy pronto de la dieta habitual de los recolectores.
Se han encontrado semillas y restos vegetales de frambueso en aldeas lacustres prehistóricas de la actual Suiza. Los romanos eran grandes consumidores de frambuesas, que sin duda las descubrieron durante sus conquistas en el norte de Europa y en Asia, de donde es originario el arbusto.

Nombre científico: Rubus idaeus L.
Nombre en español: Frambueso, sangüeso, cordonera
Nombres en otros idiomas: Raspberry, hindberry, raspbis (inglés) Himbeere, hindbur (alemán), Framboisier (francés), Lampone, ampone, framboase (italiano), Armoreira frambeza, framboeseira (gallego y portugués), Mugurdi (vasco), Gerdera, gerdonera (catalán)
CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS
Familia: Rosáceas

Planta bianual que presenta un gran parecido con la zarzamora y alcanza una altura de hasta 2 metros.

Sistema radicular compuesto de numerosas raíces delgadas y superficiales que nacen desde la corona.

Las ramas más jóvenes son algo espinosas, aunque menos que las de la zarzamora.

El tallo del frambueso  es subterráneo y corto, por el que emite estolones medianamente fuertes y abundantes en número, según la variedad. Estos tallos tienen una duración de dos años. Por lo general durante el primer año, su función es el desarrollo vegetativo, presentando una epidermis gris amarillenta provista de pilosidad amarillo-dorado y con nudosidades débiles. En el segundo año adquieren una epidermis gris cubierta de espinas. Éstos florecen y fructifican, desecándose finalmente después de la maduración de sus frutos, siendo reemplazados por otros nuevos.
 
Las hojas son  compuestas, imparipinnadas, de 3 a 7 foliolos dentados, ovalados, sésiles,  de color verde por el haz y blanquecinos y pubescentes por el envés. El raquis a menudo está provisto de espinas.

Las flores aparecen entre mayo y junio, y aparecen reunidas en grupo de hasta 10 flores, en inflorescencias en racimo terminal. Las flores individuales son pequeñas, de color blanco-verdoso o rosa y están provistas de un pedúnculo largo y espinoso. El cáliz está formado por cinco sépalos largos y persistentes y la corola por cinco pétalos caducos.  

El fruto está formado por numerosas drupas dispuestas en un receptáculo común llamado hipanto. Cada drupa se caracteriza pro su forma convexa y deprimida y por su textura rugosa provista de un filamento amarillo. El fruto es pequeño, de forma cónica y aspecto aterciopelado. El color más común es el rojo o amarillento, pero existen variedades de frutos blancos y negros.
CULTIVO
Las variedades son numerosas, de la misma manera que  los diferentes matices en el sabor que podemos encontrar entre unas y otras. Lo  ideal es plantar al menos tres variedades diferentes ya que hay frambuesos de  frutos amarillos e incluso blancos.

Cultivo:
el frambueso se adapta a casi todas las  situaciones y puede cultivarse en casi todas las regiones y sobre todo tipo  de suelos. No obstante, prefiere las tierras ricas, fértiles y frescas, y no  le gustan los terrenos demasiado arcillosos o gredosos. La exposición al sol  es indiferente llegando a fructificar incluso en áreas norteñas. En cambio,  en las zonas cálidas evitaremos colocarlo junto a un muro orientado al sur,  demasiado soleado. Es preferible una orientación este-oeste o una exposición  a media sombra.
 

Plantación:
el frambueso se planta directamente de planta  obtenida por reproducción de tipo asexual (es muy raro hacerlo por semilla).  En el mercado podemos encontrar plantas de raíces desnudas, vendidas a menudo  en manojos de varios pies, que plantaremos en octubre o a finales de  invierno, en febrero-marzo, justo antes de que la tierra se recaliente.  También tenemos las plantas con la raíz envuelta en una malla llena de turba  que se venden dentro de una bolsa de plástico y se plantan en octubre-noviembre.  Otra opción que se encuentra durante todo el año, es la planta dentro de  contenedor, pero esta es la menos recomendable.
Antes  de plantar, trabajaremos el suelo en profundidad y aportaremos estiércol muy  descompuesto, pues las plantas permanecen en el mismo lugar cerca de diez  años. Plantaremos en hileras dejando una distancia entre cada pie de entre  70-100 cm y 2 metros entre cada línea.

Cuidados:
en primavera en cuanto aparezcan las primeras hierbas competidoras,  es conveniente desherbar cuidadosamente alrededor de cada pie (pues luego  será más complicado), teniendo especial cuidado de no dañar las raíces  superficiales. Indispensables en el cultivo de esta planta, son dos tareas  como el empalizado y la poda.
Como el frambueso puede  alcanzar una altura de entre 1,5 a 2 metros de altura y produce numerosas  ramificaciones, es necesario cultivarlo en empalizada. Para hacerlo de esta  manera plantaremos estacas de esa altura y tenderemos entre ellas unos  alambres horizontales. Ataremos las plantas a los alambres con rafia, a  medida que vayan creciendo.
Lo más correcto a la hora  de podar es conservar de media, diez ramas por pie. Cada año después de la  cosecha, cortamos la parte superior de las ramas que han dado fruto.  Eliminaremos también los tallos secos si hay alguno y los tallos jóvenes que  crecen demasiado lejos de la planta o que se salen de la hilera. En el mes de  junio siguiente, cortaremos a ras los tallos que hayan dado fruto el año  anterior.
 

Cosecha:
las frambuesas son frágiles y una vez recogidas, corren el riesgo  de aplastarse, perdiendo al mismo tiempo muy rápidamente sus propiedades  gustativas. Tenemos además en la lista de comilones, los gorriones y  estorninos.
El proceso de maduración de  las frambuesas es muy rápido, siendo éste de 24 a 48 horas, lo que implica  que debemos pasar por las filas cada dos días y recoger sólo aquellas que  están en su punto.  Las que no están  maduras, están demasiado firmes bajo los dedos y se retiran con dificultad de  su receptáculo. Si se recogen de esta manera no madurarán y seguirán siendo  agrias. En el lado opuesto, cuando se han pasado de grado de madurez, las  frambuesas se aplastan fácilmente y corren el peligro de pudrirse en algunas  horas. Además las frutas demasiado maduras sobre las ramas pueden ser un  desencadenante de la podredumbre gris.
Desde junio a septiembre, según  la variedad es el periodo de recolección. Preferiblemente las recogeremos por  la mañana, después de que marche el rocío y evitaremos recogerlas en tiempo  húmedo. La recogida es muy delicada y se hace de manera manual. Utilizaremos  una cesta, un recipiente para congelar, un recipiente de barro cocido,.. y si  queremos conservar la tradición podemos forrar el recipiente con hojas  frescas. Las frambuesas hay que  guardarlas rápidamente pues así evitaremos su deterioro. Para consumirlas en  fresco se colocan en la nevera o en una bodega, donde pueden resistir un par  de días. Debemos evitar lavar las frambuesas, ya que pierden sus cualidades  gustativas, se ablandan y se pudren fácilmente.
Uno de los mejores medios  de conservación sigue siendo la congelación, aunque pierden un poco de su  firmeza en la descongelación. Antes de meterlas en el congelador,  seleccionamos las frutas que estén bien firmes, maduras, sanas y sin rastros  de moho. Congelamos a -25ºC y luego conservamos en bolsitas a -18ºC.
Hay experiencias entre  agricultores que dicen que el acolchado con paja mejora con creces la  cosecha, en particular en la recolección final de temporada. También se  pueden utilizar las hojas en curso de descomposición o verdes pasadas por la  trituradora, lino o virutas de madera.
 

Multiplicación: con el  mantenimiento adecuado, el frambueso se  mantiene en su lugar casi diez años, aunque la media es entre 7 y 8. Se puede  prolongar la vida renovándolo de arriba abajo al término de ese plazo de la  siguiente manera…
Los frambuesos están  anclados en el suelo a poca profundidad. En el mes de enero podemos  extraerlos con una simple horca, hundiendo la herramienta a 30 cm de  profundidad y a 15 cm del centro de las plantas. Un ligero movimiento de  palanca basta para levantarlos. Luego  cortamos los frambuesos a 50 cm, conservando sólo cuatro chupones y los  plantamos. Cortamos a ras los tallos viejos que hayan dado fruto.
También podemos  desdoblar los pies para aumentar la producción o multiplicar los plantones  recuperando los pies pequeños provistos de dos chupones solamente.
 
USOS Y PROPIEDADES
Las hojas contienen taninos, así como ácidos orgánicos, fragarina y vitamina C. Los frutos poseen además azúcares y pectina.

Uso terapéutico
De la misma manera que las hojas de zarzamora, las del frambueso se usan como astringente. Están indicadas en forma de gargarismos, en caso de amigdalitis y aftas bucales y en forma de compresas, en casos de ulceraciones supurantes de la piel. Por vía interna se aplica en caso de diarrea.

La fragarina posee propiedades espasmolíticas, y por ello, se ha recomendado en los problemas genitales femeninos que cursan con espasmo, como por ejemplo, la menstruación dolorosa. Antiguamente se había recomendado para facilitar la labor del parto. Los frutos se consideran reconstituyentes y reforzantes pro su contenido en vitamina C. El jugo de las frambuesas se emplea en cosmética como astringente y eliminador de asperezas en la piel.

Uso culinario
 
Esta es la faceta más conocida para esta planta y no es de extrañar debido a su versatilidad. Quizás la repostería es el “arte culinario” en la que más la enmarcamos pero podemos encontrarla también aromatizando vinagres, licores, siropes, bebidas espirituosas o vinos.

Una bebida refrescante es el sirope de frambuesa. La receta, muy sencilla. Para 75 cl de sirope necesitamos 1 kg de frambuesas, 75 ml de agua y azúcar en polvo. En un recipiente amplio (bandeja de horno, cacerola de acero inox,..) aplastamos las frambuesas en el agua. Colocamos el recipiente durante una hora sobre una cacerola de agua hirviendo. Filtramos el jugo y lo vertemos en una cacerola. Medimos el volumen de líquido obtenido y añadimos en peso el equivalente a 375 gr de azúcar por cada 500 ml de líquido. Esto lo llevamos a fuego suave a ebullición, removiendo de vez en cuando. Espumar y dejar cocer 5 minutos. Llenar una botella en vidrio previamente esterilizada y dejamos enfriar antes de tapar.

En batidos, smoothies, granizados,… aprovechamos las vitaminas de paso que nos obligamos a hidratar nuestro cuerpo. Combinada con yogur o con otras frutas en macedonia, o como ingrediente principal de un helado,  es un postre ideal a la vez que saludable.

Una receta simple es la mermelada de frambuesas, que se utiliza en repostería o para untar en tostadas. La mermelada se debe hacer una vez recogida, pues pierde bastante rápido su poder gelificante. Una vez que tengamos clasificados los frutos, eliminados los que estén dañados o con partes mohosas, los colocamos en un tarro alternando con las capas de azúcar. El peso del azúcar teóricamente tiene que ser igual que el del peso de la fruta, pero siempre se puede reducir a gusto. Metemos el recipiente toda la noche en la nevera y al día siguiente ponemos todo en un recipiente mayor y lo llevamos a ebullición. No removeremos demasiado. Dejamos hervir sobre un cuarto de hora y lo ponemos en botes esterilizados previamente. Cerramos los botes y removemos hasta que se enfríen.
TU OPINIÓN
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