Agricultura ecosocial - Fundación Galicia Verde

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AGRICULTURA ECOSOCIAL

El concepto de Agricultura Ecosocial supone la práctica de una agricultura orgánica sostenible, con criterios de Permacultura, que no utilice ninguna sustancia de síntesis, que priorice la venta local o de proximidad, que se integre en el medio y que permita a las personas que la practican vivir dignamente de su trabajo. Muy importante es que, además, se utilicen semillas nativas, que no hayan sufrido ningún tipo de manipulación, para que realmente tengan todos los nutrientes que se espera de ellas. Es nuestro principal objetivo y una cuestión ineludible.

La creciente globalización nos ofrece muchísimas contradicciones, como permitirnos consumir productos "ecológicos" producidos a miles de kilómetros de distancia, muchas veces con explotación de los productores locales, y siempre contaminando a través de los necesarios envases, transporte, necesidades portuarias, refrigeración ...., es decir, originando un tremendo gasto energético en el que, por añadidura, se desperdicia la mitad de los alimentos producidos..

La masificación de la agricultura y ganadería industrializadas, dependientes del petróleo, está creando un gravísimo problema al conjunto de la sociedad y, no sólo por la contaminación y la degradación de la salud de las personas y del medioambiente, sino por la dependencia de una materia prima no renovable, como el petróleo, que está en una fase de fluctuación constante, siempre al alza, y cuya producción, limitada, se acabará en pocos años. Se trata de una materia prima muy politizada y que según vaya escaseando originará graves problemas alimentarios, y de todo tipo. Realmente el petróleo no es que sea una materia prima no renovable, sino que su renovación tarda 500 millones de años.

Nuestra propuesta es la SOBERANÍA ALIMENTARIA, partiendo de semillas tradicionales, sin manipular, consumiendo productos de temporada, locales o de proximidad, minimizando envases, desperdicios, refrigeración y transportes, y creando riqueza local, distributiva. Los productos de temporada son los más adecuados para disfrutar de una buena salud general y no necesitar ingerir complementos nutricionales que compensen sus carencias.

Al defender la ecoagricultura, defendemos un modelo sustentable, entendiendo por tal el que produce más energía de la que consume, oportando un plus que beneficia a la capacidad de regeneración del medio, manteniédolo productivo a largo plazo. No hay necesidad de gastar energía en transporte excesivo, contaminación por uso masivo de derivados del petróleo, cadenas de frío, envases, reciclaje de desperdicios, ... y menos cuando lo hace para abastecernos de alimentos de peor calidad, manipulados.
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Existen varias opciones de cultivo y distribución que van cobrando fuerza gracias a los consumidores cada vez más concienciados de su importancia para el futuro del planeta, frente a la industrialización del sector agrícola y la manipulación del consumo.

No se trata de un retroceso, ni de una vuelta a lo anterior, como se intenta propagar desde diferentes sectores interesados, sino que básicamente se trata de aprovechar lo mucho que de bueno tenían los métodos agrícolas tradicionales, actualizándolos, e integrándolos con el respeto a la Naturaleza.
LA AGRICULTURA INDUSTRIALIZADA
La agricultura industrializada se basa fundamentalmente en el monocultivo y la destrucción sistemática de la tierra por la utilización masiva de todo tipo de venenos (insecticidas, abonos químicos, herbicidas...) que, además, son una de las más importantes fuentes de contaminación difusa que sufre el planeta. La agricultura industrializada, también conocida como agroquímica, en manos de grandes multinacionales, pretende el control del sector primario, como una manera de dominar el mundo.

En esa misma línea de control se interpreta el desarrollo de los OMGs.

Las consecuencias dramáticas de la aplicación de la agricultura industrial saltan a la vista: más de 45.000 campesinos mueren al año envenenados por la utilización masiva de sustancias químicas altamente peligrosas, muchos otros miles sufren graves lesiones, poblaciones indígenas sumidas en la miseria, la creciente desaparición de semillas autóctonas..... y un ataque directo a nuestra salud.

En el mundo desarrollado la mayoría de los consumidores acudimos a las grandes áreas para abastecernos de alimentos, pero una simple inspección de aquello que se ve, y de lo que no se ve muestra la presencia masiva de sustancias químicas (colorantes, conservantes, saborizantes, edulcorantes... muchos de los cuales se sabe que son potentes cancerígenos y, si no se sabe más, es porque no se quiere investigar),  nos muestra, o debe mostrarnos, el origen de esa producción, pero no se nos dan datos de las condiciones en que fue obtenida, ni se nos dice que con dinero de todos (dinero público) se amplían puertos y carreteras para facilitar la distribución de alimentos por todo el país favoreciendo a unas pocas empresas que, además, arruinan la agricultura local.

Como consumidores, cuando entramos en ese juego,  nos convertimos en cómplices necesarios de esos abusos.
  
Podemos afirmar que la agricultura industrializada tiene varios efectos negativos:

  • Sobre el gasto energético, al efectuar demasiadas labores, consumir mucho en transporte, incrementar la actividad ganadera (es menos eficiente), incrementar los gastos de producicón en fertilizantes y biocidas, o incrementando los gastos en irrigación.
  • Sobre la biodiversidad. Un ejemplo muy bien estudiado es el caso de Francia donde en 1900 existían más de 4.000 variedades de manzanos, que hoy se ven reducidos a unas 10. Y todos conocemos el desastre que están a sufrir nuestras variedades en Galicia.
  • Sobre la salud, tanto humana como la del planeta, incrementando los gastos sanitarios o de producción de medicamentos.
  • Sobre la sociedad al favorecer a los ricos a costa de empobrecer a grandes masas de población.
  • Sobre el aire, al desprender, entre otros, óxido nitroso procedente de los abonos nitrogenados solubles que en la estratosfera reaccionan con la capa de ozono.
  • Sobre el agua por el uso de nitratos, fosfatos e insecticidas organoclorados, que están haciendo desaparecer las reservas de agua potable.
  • Sobre el suelo destruyendo el complejo humus-arcilla, favoreciendo la erosión, salinizando los terrenos de cultivo por contaminación química y favoreciendo la desertización.
AGRICULTURA SANA PARA TODOS

Creo que los consumidores debemos, es más, creo que tenemos la obligación de preguntarnos que hay detrás de los alimentos que nos venden. La obtención de alimentos sanos es una de las metas de los métodos alternativos a la agricultura industrializada.

Existen diversos métodos:

Método biorgánico, que propugna que lo natural debe ser el modelo a seguir, incluyendo en él sus ritmos, el conjunto del planeta y los ecosistemas vegetales.

Método biológico-dinámico, que es un desarrollo del método anterior pero que considera la presencia de energías más sutiles que actúan entre las plantas, las personas, los animales, los minerales y los astros.

Método orgánico o biológico, que considera que se debe establecer un equilibrio con el ámbito, integrándose en el, no utilizando ninguna sustancia química de síntesis.

Método de Agricultura Ecosocial (promovido por la FGV), que propugna una agricultura libre de sustancias de síntesis, integrado en la lucha contra el cambio climático y contra la desigualdad social, y dentro de un sistema holístico universal, que integra cuatro consideraciones:

1ª- SOBERANÍA ALIMENTARIA, entendiendo como tal el derecho de todos los pueblos a producir sus propios alimentos, libres de transgénicos.

2ª- CONTENIDO SOCIAL que propugna que los agricultores perciban un salario justo por su trabajo y que éste se realice en condiciones saludables.

3º- UTILIZANDO SEMILLAS NATIVAS, aquellas que fueron utilizadas por nuestros antepasados por ser de código abierto, es decir, propiedad de toda la humanidad y, especialmente, por ser más ricas en nutrientes.

4º- VENTA DE PROXIMIDAD para minimizar la contaminación por transporte, redes frigoríficas, envasados, gastos energético, despedicios, etc. que hacen que la cadena alimentaria sea la primera causa de producción de gases de efecto invernadero.

La FUNDACIÓN GALICIA VERDE puede dar un distintivo de calidad, no oficial, a aquellos productores que, estando registrados en el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica, quieran dar un paso más de compromiso con el medio y la sociedad, aplicando criterios de Agricultura Ecosocial.
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