Enfermedades ginecológicas - Fundación Galicia Verde

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TERAPIA CLARK Y AFECCIONES GINECOLÓGICAS




A la práctica totalidad de mujeres en alguna etapa de su vida les afectan problemas como miomas uterinos, endometriosis, ovarios poliquísticos, síndrome premenstrual, problemas relacionados con la menopausia y últimamente algo que tristemente comienza a ser muy común en lo que a problemas ginecológicos se refiere que es la infertilidad.

Lo habitual en este sentido es que se tiende a prestar demasiada atención a las hormonas y no se tiene en cuenta en absoluto al sistema digestivo y a la flora intestinal.

Y es que por atrevido que parezca, la mayoría de los trastornos ginecológicos comienza con la presencia de patógenos, por lo que nos atrevemos a decir que la eliminación de patógenos por métodos naturales (ya sean parásitos, bacterias, hongos o virus), la detoxificación orgánica y la correcta higiene intestinal deben ser la base de toda terapia destinada a la eliminación de la práctica totalidad de problemas relacionados con el sistema reproductor (tanto femenino como masculino).

Así que nos atrevemos a decir que: ¡Menos histerectomías y más eliminación de patógenos y limpieza intestinal!

Es un gran error extirpar la matriz, pues de este modo solo logramos ocultar los síntomas, pero no la base de la enfermedad. La matriz no es solamente un órgano reproductor sino también un emuntorio (órgano encargado de la eliminación de tóxicos y residuos metabólicos).

Mediante la menstruación se eliminan del organismo gran cantidad de toxinas. En los casos de metrorragias (hemorragias fuera del periodo menstrual), el sangrado obra como una válvula de escape a través de la cual se eliminan toxinas que no han podido ser excretadas vía renal o intestinal (de ahí la importancia de los protocolos que creó la Doctora Clark de limpieza renal y limpieza intestinal.

La leucorrea o flujo blanco se produce como consecuencia de una expulsión masiva en forma de moco a través de la mucosa vaginal. Esa carga tóxica que se elimina de este modo procede principalmente de los intestinos, fruto del exceso de parásitos, bacterias patógenas y hongos y del estreñimiento, además de una excesiva permeabilidad intestinal (ambas sintomatologías directamente relacionadas con patógenos).

Extirpar la matriz solo puede empeorar el estado de salud general, pues aunque sofocamos los síntomas, la causa que los produjo sigue presente y tarde o temprano afectará a otros tejidos del organismo. Al impedir la eliminación de tóxicos lo único que logramos es cambiar el nombre a la enfermedad.

Algo que debemos saber sobre los estrógenos

A finales de los años sesenta, el ginecólogo Robert Wilson escribió un bestseller titulado “Femenine forever” (femenina para siempre), en el que popularizaba la sustitución hormonal con estrógenos como la forma de evitar los achaques propios de la menopausia y el deterioro de la calidad de vida que estos achaques conlleva. Al cabo de unos años se comprobó que los estrógenos no eran en absoluto la panacea que se había creído que eran, principalmente debido a que aumenta dramáticamente el riesgo de cáncer de mama y de endometrio, depresión, falta de deseo sexual, quistes en senos, aumento de peso, osteoporosis e hipotiroidismo.

Realmente hoy en día el problema lo constituye el exceso de estrógenos más que la carencia de ellos. El hipotiroidismo es ciertamente el responsable de muchos de los síntomas padecidos por las mujeres en edad madura. Los estrógenos ejercen efectos antagónicos a los de las secreciones tiroideas, (aunque sobre el tema de los problemas de tiroides hablaré con profundidad en un próximo artículo ya que es algo muy extendido a nivel femenino, y a la vez bastante sencillo de tratar sin medicación).

En todos los casos de hipotiroidismo es aconsejable adoptar medidas con el fin de reducir los niveles de estrógenos en sangre. En este sentido son muy eficaces la vitamina E y la taurina.

La vitamina E ejerce efectos antagónicos a los de los estrógenos y mejora la actividad de la tiroides porque reduce la formación de peróxidos lipídicos, los cuales perturban seriamente la función tiroidea. Desde los años cincuenta se sabe que la inclusión de grandes cantidades de aceites poliinsaturados en la alimentación del ganado resulta en un importante incremento de peso debido al descenso del metabolismo basal que tiene lugar como consecuencia de una reducción de la actividad tiroidea. Ello es debido a que la glándula tiroides es especialmente sensible a los productos de la peroxidación lipídica, también conocidos como especies reactivas del ácido tiobarbitúrico. Numerosos estudios demuestran que la vitamina E contribuye enormemente a aliviar las molestias asociadas a la menopausia. La dosis eficaz es de unas 1000 U.I. diaria. Si se padece hipertensión arterial no se deben tomar más de 200 U.I. al principio, pudiéndose elevar la dosis progresivamente al cabo de varias semanas.

Por otro lado la taurina es un magnífico protector frente a la peroxidación lipídica y además aumenta la excreción de estrógenos. Además los estrógenos disminuyen la ya de por sí limitada capacidad de síntesis de taurina propia del organismo humano, por lo que en todos los casos de hiperestrogenismo, la suplementación con la misma es imprescindible. Mediante este sencillo enfoque (vitamina E y taurina) después de realizar una limpieza intestinal, podemos ayudar enormemente en muchos de los problemas que afligen a la mujer a partir del medio siglo de vida y probablemente nos preguntemos,

¿Qué hacer entonces para paliar los síntomas asociados a la menopausia? pues las glándulas suprarrenales son las encargadas de producir hormonas que compensen el déficit de la producción ovárica, pero en aproximadamente el 60% de las mujeres menopáusicas sus suprarrenales no están produciendo estas hormonas en cantidad suficiente y esto es debido, como afirmaba la Dra. H.Clark, a que las suprarrenales de estas mujeres están bloqueadas por parásitos, bacterias y tóxicos. Por lo cual para evitar estos cuadros asociados a la menopausia como son los sofocos, pérdida de masa ósea y problemas cardiovasculares e hipertensión, es importante la eliminación de patógenos a través de un protocolo de limpieza intestinal y, para evitar que esos patógenos vuelvan a un terreno abonado y por tanto de fácil colonización por la presencia de tóxicos es conveniente realizar una limpieza renal http://terapiaclark.info/limpieza-de-rinon/ para ayudar en la excreción de toxinas del organismo. La menopausia no debe ser sinónimo de sofocos, hipertensión y pérdida de masa ósea como nos hacen creer ciertos sectores de la salud. Cuando esto sucede es que algo no va bien en nuestro sistema genitourinario al igual que las menstruaciones no deben causar dolor, este en un signo de que hay algo extraño en útero y ovarios.

La infertilidad femenina

El tratamiento para la infertilidad femenina debe enfocarse a la eliminación de patógenos, tanto parásitos como bacterias y virus, presentes a nivel ginecológico en todas las mujeres testadas tanto por la Dra. Clark como por los terapeutas que continuamos con su terapia.

La Doctora Clark tras varias décadas de investigación llegó a la conclusión de que prácticamente el 95% de todas las patologías (incluyendo los cuadros ginecológicos aquí expuestos) estaban directamente relacionadas con dos factores: patógenos y tóxicos.

A la Doctora Clark le corresponde el mérito de haber descubierto la presencia de parásitos en lugares del organismo a los cuales la medicina oficial no suele ver posible. Estos hallazgos han sido posibles gracias al sincrómetro, aparato inventado por ella y por su hijo Geoff, ingeniero electrónico. Con este aparato conseguimos detectar cualquier patógeno en cualquier órgano del cuerpo a través de una simple muestra de saliva.

Los métodos convencionales de diagnóstico parasitológico se basan en investigar la presencia de huevos, larvas o ejemplares adultos en heces, así como en los antígenos de la sangre. Con esas formas de detección, en la gran mayoría de los casos aunque la persona se halle muy parasitada, los invasores suelen pasar desapercibidos. Mediante el testaje con sincrómetro salvamos estas dificultades puesto que el parásito es detectado por la onda frecuencial que emite.
Si echamos un vistazo a las estadísticas de la OMS nos percataremos de que las afirmaciones de la Doctora Clark no son ni mucho menos exageradas. De hecho, la primera causa de muerte en el mundo es una enfermedad parasitaria: la malaria. Asimismo, la tercera causa de ceguera tras las cataratas y el glaucoma se debe a la infección por el parásito onchocerca volvulus. Además dichos datos han sido obtenidos mediante métodos convencionales, que como ya dijimos, presentan un alto número de falsos negativos. Si dichas estimaciones hubieran sido realizadas en base a los resultados obtenidos mediante las investigaciones con sincrómetro, ¡las cifras serían aún más elevadas!

Para tratar los casos de infertilidad femenina, primeramente debemos eliminar patógenos a nivel intestinal y sistémico con una limpieza intestinal y paralelamente trabajaremos con el zapper y los platos de zappeo, http://terapiaclark.info/varizapper-y-platos-de/, a nivel ginecológico para seguir eliminando patógenos en esos órganos y ayudar a que estos recuperen su funcionalidad, recordándoles la onda frecuencial a la que tienen que vibrar para realizar su función correctamente.

En la práctica totalidad de casos de infertilidad encontramos parásitos en lugares como el endometrio, ovarios, trompas, etc. Merece ser destacado que ningún parásito es estrictamente específico de ningún tejido aunque pueda tener más afinidad con ciertos órganos, sin embargo podemos encontrar parásitos en otros órganos, como en este caso en el sistema reproductor y esto se da cuando un órgano presenta un alto nivel de toxicidad, que hace que éste pueda llegar a reunir las condiciones propias para albergar parásitos que usualmente habitan otros órganos.

De este modo podemos encontrar áscaris, fasciolopsis buski, o tenias, tradicionalmente considerados como parásitos digestivos en riñones, útero, ovarios, cuerpos cavernosos (¡sí, cuerpos cavernosos!), cerebro, etc., por lo que debemos saber que cualquier parásito puede invadir cualquier órgano y que este órgano presenta un alto grado de toxicidad.

La toxicidad es el segundo factor a tratar en todos los casos de infertilidad, y dentro de todos los tóxicos, debemos centrarnos básicamente en los metales pesados. Para eliminarlos del organismo utilizaremos un protocolo de detoxificación de metales pesados, http://terapiaclark.info/programadetoxificacion-metales-pesados/, pero lo que es fundamental es no seguir en contacto con las dos principales fuentes que son las amalgamas dentales y el agua, tanto del grifo como embotellada. Por lo que recomendamos que antes de iniciar un programa de eliminación de metales pesados, sean sustituidos los empastes de amalgama por otros de composite y se beba y se cocine con agua procedente de destiladora o de filtrado por ósmosis inversa.

Síndrome premenstrual

Denominamos síndrome premenstrual al conjunto de signos y síntomas recurrentes que aparecen durante los 7 a 14 días previos a la menstruación. Los síntomas típicos son: cansancio, tensión, irritabilidad, depresión, dolor de cabeza, dolor e hinchazón mamarias, dolor de espalda, distensión abdominal y edema de dedos y tobillos.

El síndrome premenstrual se divide a su vez en cuatro variantes:

Variante 1: Se caracteriza por ansiedad, irritabilidad, aumento del apetito y tensión nerviosa. Se observa un aumento de los estrógenos y una disminución de la progesterona.
Variante 2: Dolores de cabeza, depresión, fatiga, mareo, palpitaciones e ingesta insaciable. Se observa un aumento de la secreción de insulina.
Variante 3: Con depresión, llanto, pérdida de memoria, confusión e insomnio. En estos casos se detecta una elevación del cortisol.
Variante 4: caracterizada por retención de líquidos y la consiguiente ganancia de peso, extremidades edematosas, tensión mamaria y distensión abdominal.

En todos los casos, aparte de corregir la permeabilidad intestinal y la disbacteriosis, presentes siempre en un gran porcentaje de setas pacientes, es interesante suplementar con taurina, pues reduce los edemas al ejercer un efecto diurético, reduce los niveles de estrógenos y aumenta la concentración intracelular de magnesio, mineral cuya suplementación ha demostrado ser de gran ayuda en estos casos. La vitamina B6 también ayuda en estos casos, pero recomendamos combinarla con el resto de vitaminas del grupo B para un mejor efecto. También la suplementación con vitamina E es en estos casos también otro de los grandes aliados del bienestar femenino. No debemos olvidar tampoco reducir la cantidad de carbohidratos en la alimentación pues no hay nada tan diurético como reducir la ingesta de carbohidratos. Además este tipo de dietas alivian la ansiedad y reducen los cambios del humor.

La normalización del perfil de ácidos grasos es una estrategia terapéutica muy utilizada en estos casos para normalizar la producción de prostaglandinas, pero nunca nos cansaremos de repetir que no tiene sentido administrar ácidos grasos, tango omega 3 como omega 6 si no se monitoriza su ingesta mediante un perfil de ácidos grasos que ratifique que la suplementación está surtiendo efecto y se produce el equilibrio deseado. No es recomendable en ningún caso suplementar con aceites de onagra o borraja (tan utilizados), si no se vigilan estrechamente los niveles de ácido araquidónico, pues el ácido gamma linolénico contenido en dichos aceites puede aumentar los niveles de la benéfica prostaglandina, pero también de ácido araquidónico, aumentando por tanto la inflamación.

No podríamos terminar sin mencionar el papel que juegan los patógenos como afirmaba la Doctora Clark y es fundamental no solo para estos casos de síndrome premenstrual sino para prevenir patologías más graves en el futuro.
En este sentido debemos resaltar que aparte de parásitos, se suelen encontrar en útero varias familias de bacterias patógenas, siendo las más frecuentes: mycoplasma hominis, ureaplasma urealyticum, escherichia coli, gardnerella vaginalis, chlamydia trachomatis y diversas cepas de bacterias anaeróbicas. Estos patógenos generan una inflamación del útero y tejidos adyacentes derivando en la sintomatología del síndrome premenstrual.
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